Motivo de consulta del Yeyuno, íleon y colon (semiología)
- Dolor
Características y circunstancias que lo acompañan: se presenta con
los caracteres propios de un dolo de tipo cólico.
Comienzo brusco: adquiriendo de golpe o en rápida progresión su máxima
intensidad; el sujeto tiene la impresión de que su intestino es retorcido
(retortijón) o constreñido.
Presentación intermitente: en los intervalos, las molestias son mínimas
o nulas.
Alivio con la posición encorvada hacia adelante: al mismo tiempo que
se ejerce con las manos una presión algo enérgica y en amplia superficie. El
mismo efecto surte la aplicación de calor local.
Percepción de ruidos hidroaéreos: y los deseos, a veces
infructuosos, de defecar.
Bradicardia: de origen vagotónico.
Ausencia de contractura parietal: si la pared abdominal es flácida,
puede observarse el relieve de las asas espasmodizadas o distendidas.
Dolor no peritoneal
Linfadenitis mesentérica
inespecífica; son típicas las crisis del llamado “colico seco periumbilical”.
Incide, sobre todo, entre los 5-20 años y es rara después de los 25 años, sin
distinción de sexo.
El dolor paroxístico se localiza
en la región periumbilical (64%) epigastrio (12%), hipocondrio (8%) o no tiene
localización precisa (16%), con una duración entre varios minutos a 2-3 h; al
cesar no deja remanente doloroso.
Suboclusion intestinal o
estrechez enteral. Se observa el llamado “sindrome de Koenig”, con:
Bultoma de aparición rápida y
escasa duración (tumor fantasma) a nivel del segmento intestinal
supraestenótico dilatado.
Movimientos peristálticos con
dolores cólicos y ruidos hidroaéreos a su nivel.
Vómitos prematuros y repetidos si
la estenosis es alta, tardíos y poco frecuentes si es a nivel del colon.
Oclusión intestinal completa o
íleo. Puede ser de aparición súbita (íleo biliar) o constituir la terminación de
un cuadro de oclusión intestinal incompleta o enteropatía de larga duración. El
síntoma que la caracteriza es la retención de gases y heces. El hiperperistaltismo
doloroso no suele aparecer hasta que la distensión intestinal es muy acentuada.
Una tétrada clásica es la expresión del íleo biliar:
Dolor de tipo cólico que avanza
con el cálculo.
Vómitos, que aparecen precozmente
Si pasan dos o tres días, puede
faltar la eliminación de materias y gases.
Gran meteorismo periumbilical.
Dolor peritoneal.
Se distinguen tres variantes.
Perforativo: es brusco, intenso,
colapsante, con gran repercusión somática general.
Agudo: (apendicular) se
caracteriza por: su localización muy precisa a nivel de la lesión, de carácter continuo,
acompañado de contractura e hiperestesia segmentaria de la pared abdominal y repercusión
sobre el estado general.
Crónico: es sordo, casi siempre
localizado, y se agrava y despierta por determinadas posiciones o movimientos
del enfermo, que provocan tirones de las bridas peritoneales.
Dolor vascular.
En lesiones de la aorta
abdominal, tronco celiaco y vasos mesentéricos.
Se caracteriza por una tríada
sintomática:
Dolor posprandial
Anomalías en el transito
digestivo
Pérdida de peso.
- Diarrea
Consiste en la evacuación de
heces de consistencia disminuida y en número mayor al habitual, con aceleración
del tránsito intestinal.
El comienzo de la diarrea puede tener
valor de orientación diagnostica. Algunas veces destaca una causa precisa, como
excesos en la comida y en la bebida; ingesta de alimentos tóxicos o capaces de
comportarse como alérgenos. No olvidemos las causas psíquicas que, si
persisten, son capaces de mantener un colon irritable o colitis espasmódica.
La duración clasificaremos las
diarreas en agudas y crónicas. Ocurre con frecuencia que le paciente relata
estar enfermo desde hace unos cuantos días, olvidando hacer referencia a
estados semejantes que se le presentaron periódicamente y que se han repetido
por espacio de varios años.
En las diarreas de poca duración (días
o semanas) hay que pensar en estados infecciosos o parasitarios agudos, en
intoxicaciones accidentales de orden alimentario o medicamentoso. También los
procesos neurógenos con alteración del psiquismo pueden provocarlas.
- Hemorragia intestinal.
Si su causa es encuentra en el
tramo digestivo alto (esófago-estómago-duodeno) la deposición es negra,
pegajosa y fétida (melena) excepto en las hemorragias cataclísmicas, y si en
los segmentos bajos (colon-recto-ano), rojo rutilante (enterorragia). En ocasiones,
la perdida es tan pequeña que no se aprecia a simple vista y si solo por el análisis
químico (hemorragia oculta).
Referencias Bibliograficas
SURÓS, A; SURÓS J. Semiología
Médica y Técnica Explorativa; 8va edición, 2001
ARGENTE, H; ÁLVAREZ, M.
Semiología Médica, Fisiopatología, Semiotecnia Y Propedeútica; 1ra edición
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