Palpación del Yeyuno, íleon y colon (Semiología)


La palpación del intestino por tratarse de víscera hueca, requiere una técnica especial. Siguiendo la pauta ya señalada al ocuparnos de la palpación del abdomen, los dedos van profundizando a compás de los movimientos respiratorios y aprovechando la fase de relajación espiratoria.
Se acude a la palpación por deslizamiento profunda, maniobra de Haussman, la cual consiste en hacer deslizar los dedos, no sobre la piel, sino con ésta, en sentido transversal al eje de la porción intestinal que se desea palpar. Las asas intestinales se perciben como cordones cilíndricos más o menos duros según se estado de contracción. Si se espera cierto tiempo, puede observarse la transición a la relajación, a veces con gorgoteo, que indica la existencia de contenido líquido y gases de fermentación.
La palpación del intestino debe ser ordenada. Primero se atiende al intestino delgado y mesenterio, para centrar luego la atención en el intestino grueso en sus diversos segmentos, el ciego y apéndice, ascendente, transverso, descendente e ilíaco. El recto y la ampolla rectal se alcanzan por medio del tacto digital.
Palpación del intestino delgado.
Las asas del intestino delgado son difíciles de palpar. En general, el yeyuno ocupa la mitad izquierda del abdomen, de preferencia la parte superior, en tanto que el íleon ocupa la mitad derecha, de preferencia la porción inferior y la pelvis.
En la estenosis intestinal y en plena crisis dolorosa, puede percibirse el asa proximal tensa e inmóvil (signo de Nothnagel) y en ciertos tipos de vólvulo se descubre la presencia de una asa intestinal tensa, como un tumor renitente (signo de Wahl).
Palpación del mesenterio.
La palpación del mesenterio no es fácil. Se procede a la palpación con gran suavidad, nunca con los dedos, sino con toda la palma de la mano, caliente, aplicada plana sobre el abdomen, deprimiendo de un modo uniforme y progresivo y profundizando lentamente, aprovechando los movimientos espiratorios del paciente. Se avanza a lo largo de la línea de inserción del mesenterio que, desde el lado izquierdo de L2 se dirige diagonalmente hacia la derecha, pasando por delante de la columna vertebral, para perderse en la cara interna del ciego.
Las maniobras que a continuación citamos diferencian la Linfadenitis de la apendicitis aguda:

  • Maniobra de Klein: se coloca el paciente en decúbito supino y se marca el punto doloroso; luego se coloca en decúbito lateral izquierdo y se puede observar que, en el caso de una apendicitis, el punto doloroso sigue coincidiendo con la marca de la anterior posición, es decir, que el punto doloroso permanece fijo.
  • Maniobra de Kerengal: se coloca al enfermo en decúbito supino y se marca el punto doloroso al igual que la maniobra anterior, a continuación, se coloca al enfermo de perfil acostado sobre le lado izquierdo y se presiona fuertemente con un dedo sobre la marca hecha en la posición anterior, si se trata de apendicitis aguda el enfermo siente un dolor vivo que le obliga a flexionar el muslo. En coso de Linfadenitis, esta maniobra es negativa.

Palpación del ciego y apéndice.
Para palpar el ciego contenido en la fosa iliaca derecha, el medico se sitúa a la derecha del enfermo, se utiliza el procedimiento del deslizamiento profundo.

Colocados los dedos en la mitad o un poco por dentro de la línea que une la espina iliaca anterosuperior con el ombligo, el deslizamiento se hace siguiendo esta línea hacia fuera, es decir, en sentido perpendicular al eje mayor del órgano. Se advierte, al llegar a su borde interno, una brusca elevación, como si se subiera un escalón; se pasa luego a la cara anterior y se cae del borde externo a otro plano inferior. Realizado esto, sin abandonar el sitio, con el dorso de los dedos se empuja la víscera hacia dentro, con el fin de investigar el grado de movilidad.
En condiciones anormales, el ciego puede encontrarse a la palpación:
  • Reducido de tamaño: tal situación se comprueba en la colopatía espasmódica o colon irritable.
  • Aumentado de tamaño: como en la tiflitis, en la obstrucción del colon ascendente y aun descendente (esta ectasia cecal, dolorosa en el cáncer del colon izquierdo, constituye el llamado “signo de Bouveret”)
  • Fijo con contornos poco nítidos: por causas inflamatorias o neoplásicas.
  • El apéndice normal no se palpa, aunque la pared abdominal sea delgada e hipotónica. Si esta inflamado y es de gran tamaño, puede comprobarse como un cordón duro, del diámetro de un lápiz, de movilidad escasa y que no da lugar a ruidos hidroaéreos.

Cuando el apéndice se encuentra inflamado, es motivo de numerosos puntos dolorosos a la presión:
  1. Punto de Mac Burney: se localiza sobre la línea que une la espina iliaca anterosuperior con el ombligo y en la unión del tercio externo con los dos tercios internos.


Su sensibilidad aumento con:
  • Técnica de McKessack-Leitch: el paciente se acuesta en decúbito lateral izquierdo con ambos muslos flexionados en forma de ángulo recto con el cuerpo. El examinado extiende el muslo derecho hacia atrás, al mismo tiempo que con su mano izquierda presiona el punto de Mac Burney contra el musculo psoas tenso.
  • Maniobra de Haussman: una vez determinado el dolor en el punto apendicular, se eleva lentamente el miembro inferior derecho extendido hasta formar con el plano de la cama un ángulo de unos 50-60°, mientras se continúa con la presión en el punto doloroso, en este momento, se produce aumento de dolor si hay apendicitis.
      2. Punto subpubiano (Gordi Grau): enfermo con el abdomen relajado. El índice extendido de la mano derecha del médico resigue, en sentido descendente, el surco inguinal hasta alcanzar el nivel del conducto subpubiano por donde emerge el nervio obturador. La maniobra se realiza en ambos lados. Se provoca un vivo dolor cuando el apéndice se encuentra enfermo.
      3. Maniobra del flanco de Piulachs: en condiciones no patológicas, puede pinzarse el flanco derecho sin dificulta alguna; en el caso de apendicitis aguda, esta maniobra es imposible de realizar por el intenso dolor zonal que despierta.
Palpación del colon ascendente y descendente.
Solo son palpable en su parte inferior; en su parte alta y sobre todo a nivel de los ángulos, son inaccesibles a la palpación, por causa de su situación profunda en el abdomen. Se pueden palpar colocando una mano en la región lumbar, con el fin de crear un plano de apoyo, mientras que con la otra se efectúa el deslizamiento de dentro afuera, a la altura del ombligo.
Tanto el colon descendente como ascendente se identifican cuando se palpa un órgano cilíndrico, como una morcilla, de consistencia blanda, superficie lisa, poco o nada movible, indoloro, que produce ruidos de gorgoteo
CONTINUACION EN EL INFORME...}

Referencias Bibliograficas
SURÓS, A; SURÓS J. Semiología Médica y Técnica Explorativa; 8va edición, 2001
ARGENTE, H; ÁLVAREZ, M. Semiología Médica, Fisiopatología, Semiotecnia Y Propedeútica; 1ra edición

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